
Pero es en 1968, con la locura hippy y con los viajes marihuaneros que no surten el efecto deseado, cuando surge la expresión idiomática bummer. Su traducción equivaldría a nuestro ¡qué lata! o ¡vaya mierda!
La pronunciación casera: bámer. Y la buena aquí, con el magnífico grupo Sparks. (Segundos 36-37, minuto 2:04 y siguientes).
The party was a bummer.
La fiesta fue una decepción.
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