Y no es que Trump se haya apretado el cinto por devoción. Bannon le ha hecho ver la luz. Con esta medida solo así podrá hacerse más atractivo en su carrera presidencial. Este aparente reblandecimiento seguramente le garantice recuperar parte de un sector entre las filas políticas del propio partido republicano. Y no solo eso. Quizás su reunión de esta semana con el Consejo consultivo nacional de asuntos hispanos tenga algo que ver con su anuncio, aunque uno de sus miembros, Jacob Monty, representante de Texas, opine que la visión hispana en lo referente al muro esté unificada y que todos los hispanos quieran el muro porque “el muro los protege”. Con esta marcha atrás Trump también puede que consiga arrebatar votos centristas a Clinton, especialmente el femenino.
Finalmente, a su feudo tradicional, el obrero blanco, aunque decepcionado con su ¿retractación?, aún alberga esperanzas de que se produzca lo contrario, lo tiene atado y bien atado, pues, a falta de políticas más radicales, ¿a dónde iban a ir? El ardor de la promesa de que, si llega al poder Trump mantendrá su plan original, de que se dará cuenta de su craso error y, entonces sí, construirá el añorado muro que, por supuesto, ladrillo a ladrillo les cobrará a los mexicanos, los consume. Y la esperanza, a veces, escucha.
Y a ustedes, ¿qué les parece? ¿Creen que si Trump llega a la presidencia, levantará el muro?
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