Como no podía ser de otro modo, el protagonismo se lo lleva el Black Friday, Viernes negro. Aquí dejo mi versión (Blák Fráidey).
Con el estómago bien relleno de pavo, tarta de calabaza y salsa de arándanos, y casi con el tenedor en la boca, los desaforados compradores se lanzan este día a la desesperada a encontrar los rebajones del año.
El pistoletazo de salida se dio el jueves, pero es el viernes cuando la fiebre abrasa el mercurio. Solo se necesitan unas mantas, unos buenos termos de café y los típicos cigarrillos para pasar las horitas en la cola a esperar a que la tienda en cuestión abra. Bueno, eso y un compañero, claro, en caso de que se tenga que abandonar el puesto. Pero el compañero también tiene otra utilidad además de darnos palique. Y es que, una vez dentro, hay que quitarse del medio al enemigo, a los otros zombis, el videojuego ha comenzado, y todos los puestos están tomados, con lo cual, no queda más remedio que abrirse paso con... el carrito de la compra. Sí y nada del tamaño pequeño, aquí los hay de distintos tamaños, aquí caballo grande o no ande. ¿De qué otro modo sino iba a caber la iBox?
La pareja, un formidable dúo de coordinación, adquiere ventaja si está delgada y ágil. En sus papelones, uno empuja y para el vehículo mientras el otro agarra el precioso objeto del deseo. Los dos otean. Terror. Al final del pasillo. El duelo. La iBox está justo en las baldas centrales, ¿quién la hará suya?
La cargadora más gorda sonríe. Puede ver la delgadez de su contrincante pero a ella no le detiene nada porque lleva uno de esos espráis espantavioladores. La mano, tocando el bolso, le tiembla de emoción.
La rociada se lleva las manos a la cara. El dolor la aplasta, pero pocos han visto a la gorda, tan azombados estaban con lo suyo, y, los que la han visto, se alejan de ella con miedo y picados por la urgencia de no perder un segundo, tan vital.
El Black Friday trae esto. La supuesta compra solidaria, el consumismo como un acto patriótico. Y ahí no queda la cosa. El sábado es día de lealtad a los establecimientos locales y el lunes Cyber Monday (Ciber lunes) y ya enganchamos con la temporada navideña.
Aunque la palabra Black ya se usaba para referirse el ennegrecimiento de ciertos acontecimientos, por ejemplo pánicos bursátiles, fue en la década de los 50 cuando se usó con el sentido comercial con el que lo conocemos ahora.
Aquí dejo la frase: Most stores post their Black Friday offers online (La mayoría de las tiendas cuelgan sus ofertas de viernes negro en línea).
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